Hoy me ha tocado volver a un campo que tenía pendiente desde hace tiempo, ya que hacía años que no lo pisaba. Cabanillas Golf. No sé si ha sido el día más raro del año en cuanto al clima o si el campo tiene algún tipo de magia que transforma las vueltas extrañas en experiencias memorables… pero lo cierto es que me voy contenta.

Cabanillas está ubicado en Guadalajara, a menos de una hora de Madrid, y la verdad es que el entorno sorprende. Un campo metido entre árboles, con calles muy estrechas que obligan a hilar fino desde el tee. No es excesivamente corto, así que además de precisión, exige algo de pegada. El mantenimiento es impecable y las vistas, en algunos hoyos, son una maravilla. Se nota que está bien pensado y bien cuidado.

El par del campo es 72 y fue diseñado por Manuel Piñero, una referencia en el golf español. Cada hoyo tiene su estrategia y hay que pensar muy bien cada golpe. Lo cierto es que se agradece jugar en campos así, que te exigen pero también te recompensan si haces las cosas bien 😝

Y en cuanto al día… ¿por dónde empiezo? He jugado con lluvia, con granizo y, para rematar, también con sol. Una vuelta de contrastes, no solo por el tiempo, sino también por mi juego. Empecé muy floja, sin encontrar sensaciones ni ritmo. Pero poco a poco fui remontando, cogiendo confianza y acabando con una sonrisa, un eagle y 2 birdies!! Esas vueltas que te enseñan que nunca hay que rendirse y que, aunque no arranques bien, siempre hay margen para disfrutar y terminar fuerte.

Cabanillas se queda en mi lista de campos a los que siempre quiero volver, ojalá con menos paraguas… y con la misma actitud 🤣☔️

Recomendación: 8,5/10