Jugar en el Pannonia Golf & Country Club es una de esas experiencias que confirman que el golf, más allá del resultado, es una forma de viajar y conectar con el paisaje, la estrategia y el momento presente. Situado a unos 40 minutos al oeste de Budapest, en un entorno natural privilegiado cerca del pueblo de Alcsútdoboz, el campo combina una elegancia tranquila con un diseño que exige inteligencia y respeto.

Par 72 Diseño largo, con hoyos que invitan a usar el driver, pero castigan si no se piensa el golpe. Lagos en juego en varios hoyos, obligando a medir el riesgo. Calles generosas pero con rough denso y bunkers estratégicamente colocados (muy bien colocados…) Greens con muchas caídas, bien protegidos y de velocidad media-alta (aunque yo diría que muy alta 🤣).
Todo el recorrido está perfectamente cuidado. Es un campo que te exige pensar desde el tee, pero también te deja disfrutar visualmente de cada golpe. La sensación general es de estar jugando en un campo de campeonato, pero con una paz y una belleza natural difíciles de encontrar.

Como suele pasar en campos que te sacan de tu zona de confort, el resultado no ha acompañado. Pero en días así, cuando se juega fuera de España, explorando un país distinto a través del golf, eso pasa a segundo plano. Porque lo que queda es la experiencia, el recuerdo del paisaje, el hoyo donde dudaste si atacar el green sobre el lago, el birdie que casi cae y el sonido del pájaro que té acompañó desde el primer drive hasta el último putt. 🏌️ 😍
Recomendación: 7/10

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